martes, 15 de diciembre de 2009

Final Liga vs Fluminense


Liga Deportiva Universitaria de Quito se llevó la Copa Nissan Sudamericana, tras vencer a su viejo rival el Fluminense en el estadio del Maracaná.







sábado, 5 de diciembre de 2009

Marcha Antitaurina





Una marcha para salvar una vida de los que no tienen voz



Manifestante en su lucha para evitar la corrida de toros.


“La crueldad más repulsiva es aquella que tiene por fin acabar con la vida de un animal”


“El toro sufre, el toro sangra, el toro muere,” coreaban cientos de jóvenes que se dieron cita en el parque El Arbolito, utilizando un pañuelo rojo al cuello y cuernos de plástico.
Con pancartas y carteles, los activistas antitaurinos volvieron a protestar el 1 de diciembre en contra las corridas de toros, que se realiza cada año, por las fiestas de Quito. Este evento se lo califica como un espectáculo de violencia, donde se agrede y se tortura a los toros. Lo que es rechazado por los aficionados de la fiesta brava.
El tránsito en la 6 de Diciembre fue interrumpido por jóvenes y adultos, que al ritmo de tambores, danzaban en la calle y gritaban :“No a las corridas de toros”. Mientras avanzaban por la avenida.
Rostros pintados de negro y rojo eran opacados por el sudor que caía por su frente, a causa de los fuertes rayos del sol, esto no fue impedimento para evitar que un animal muera. No les importaba soportar el fuerte sol del mediodía, se cubrían con caretas, pañuelos, pancartas, otros preferían desfilar con su torso al descubierto para que el aire refresque su cuerpo.

La marcha avanzaba por las calles, de pronto fue interrumpida por una picazón en la nariz y resequedad en la garganta, producto del gas lacrimógeno que uniformados lanzaron a los manifestantes . En las paredes del restaurante ‘Mac Donalds’ los jóvenes escribían con un aerosol “Quito no es taurino”, lo que provocó un enfrentamiento con la policía, en el que los protagonistas, fueron las piedras botellas y palazos.
El trayecto era largo y cansado. Con sus rostros sonrojados, no perdían las ganas de seguir caminado para llegar a su objetivo: la Plaza de Toros.
Conductores de buses, autos pequeños y motos apoyaban la marcha haciendo sonar sus bocinas.
Karina Gómez, miembro de la organización Proanima, al dar su opinión, se le cortó la voz, mientras una lágrima corría por su rostro. "Si los toros gritaran cuando se les tortura en la plaza, ¿qué diría la afición? ¿Qué es música? ¿Qué son notas cargadas de tradición...? Lástima que no tengan nuestra laringe y nadie los oiga".
La emoción al tratar de salvar la vida de un ser vivo, es la unión para que diferentes grupos sociales, entre ellos roqueros, punkeros, hoperos, se unan por una sola causa y evitar que un animal sea sacrificado. Así lo menciona Alex Tinajero, que mientras se ajusta sus botas negras, que sujetan su pantalón del mismo color ceñido a sus piernas, comenta que la fiesta taurina no es un arte como muchos lo mencionan. “clavar una espada a un toro no tiene nada de arte, es un asesinato a una vida que no tiene voz para defenderse”.
Una multitud se aproximaba a la Plaza de Toros por la avenida Amazonas. Las miradas confusas de los curiosos demostraban que no entendían lo que sucedía. Otros preferían juzgar, se les escuchaba decir: “desocupados, no tienen nada más que hacer”.
Ximena Hurtado, vocera de Proanima, molesta por las opiniones que escuchaba, dijo que le disgusta que la gente no sea consiente en la forma de tratar a un animal. “Ellos son la mejor compañía que tiene el ser humano y sin embargo es el más maltratado en la sociedad. Lástima que ni en las leyes, se los tome en cuenta.”
Ya en la Plaza, se sentía el ambiente a fiesta. Salsa, reggaetón, electrónica, se escuchaba mientras pasaban por las aceras. Personas ya en estado etílico no sabían qué sucedía. Un joven tambaleándose, con la camisa fuera de su pantalón, despeinado y sus ojos fuera de órbita, se acercó al grupo de personas a preguntar de qué se trataba tanto “griterío”. Al no tener respuesta continuó su camino a un bar del sector.
En la puerta principal del escenario se apostaron unos 15 policías montados en sus caballos, para evitar desmanes y el ingreso de los manifestantes a la Plaza, donde se llevó a cabo la segunda corrida de la Feria Jesús del Gran Poder.
A la voz de “torero maricón”, unos 25 activistas se mantuvieron firmes en su protesta, la cual se atizó cuando bajaron de un bus numerosos turistas que acudían a presenciar la corrida.
Entre chiflidos y gritos, Pablo Olmedo voluntario de la organización Protección Animal Ecuador, manifestó con tono de ira: “Ojalá que un día podamos gritar: el torero ha muerto: que vivan los toros."